Informática y agricultura

El sector agropecuario, en franco desarrollo por la continua innovación tecnológica, que ha logrado incrementos notables de productividad, no puede quedar al margen de la fascinante aplicación de la informática, en todos sus procesos. Se ha creado una nueva disciplina denominada Agromática, que integra la técnica computarizada con los principios y normas que rigen los sistemas agrícolas, gracias a lo cual es posible que el productor disponga de una infinidad de datos ecológicos, biológicos, tecnológicos y económicos, armonizados según las disciplinas agropecuarias, con inclusión de modelos de simulación, para seleccionar las mejores alternativas de manejo, organización y comercialización, en la provisión de alimentos y la dotación de materias primas para su vinculada y dependiente industria.

El subsistema biológico agrícola tiene como función esencial la subsistencia, crecimiento y reproducción de plantas y animales (productos primarios), solo llega a adquirir el nivel de agrosistema cuando el hombre le incorpora innovación tecnológica, sumando valor en cada etapa, modificando esos desempeños naturales, para lograr incremento de las cosechas y capacidad superior de producción de alimentos sanos, ambiental y socialmente inocuos (productos valorizados), que satisfaga la demanda creciente de la población. En este complejo productivo sobresale la fotosíntesis, la función biológica más importante de la humanidad, vital en el abastecimiento alimentario. Los científicos dedican mucho esfuerzo para optimizar y aumentar la eficacia fotosintética susceptible de evaluación, en pastizales y plantíos, para nuestra dicha, superior en las zonas bajo influencia de la línea equinoccial, que cruza territorio ecuatoriano.

Gracias a la aplicación de la informática en la ganadería, es posible que un sencillo código de barras, ubicado en un paquete de carne importada desde Uruguay, contenga tal cantidad de datos como para identificar la ubicación, raza y sanidad del hato de donde procede, los insumos utilizados en su procesamiento y conservación, de tal versatilidad que un consumidor, en cualquier parte del mundo, tiene la opción tranquilizante de conocer la historia sanitaria del bovino que la produjo.

El emprendedor ecuatoriano Xavier Cárdenas, autor de los llamados tics agrícolas, ha demostrado la aplicación del sistema en todos los cultivos, particularmente en banano, con códigos de barras en racimos y cajas, capaces de informar sobre uso de permitidos pesticidas, identificación de finca, grado, conteo, pesada, calificación inteligente de la calidad operativa, etc. Es decir, un sistema completo de trazabilidad, que evitaría el oneroso exceso de peso (1,6 libras por caja) que en nada beneficia al agricultor ni al país, en cambio penaliza cuando se opera un déficit. Mientras, el exigente consumidor podrá tener la certeza de la inocuidad de la fruta madura que degusta. Su empleo debe constituir un serio programa estatal de capacitación y promoción de pequeños cultivadores, y generalizada utilización empresarial.

Los drones, o pequeñas aeronaves no tripuladas, una realidad en Ecuador, hacen posible mediante fotografías satelitales o cámaras especiales monitorear sembríos y determinar, entre otros parámetros, zonas afectadas por enfermedades, pues los cultivos sanos emiten un tipo de radiación que se altera cuando están infectados, cambiando sus características físicas captadas en imágenes, fehaciente demostración de que la innovación es ilimitada pero efectiva en la lucha contra el hambre y la pobreza. (O)

La agricultura ha sido practicada desde los inicios de la humanidad. Se han realizado modificaciones en los espacios agrícolas a través del tiempo; cambios producidos en función de la adaptación a los factores naturales como también en función de los sistemas económicos y políticos.

Con la revolución industrial y la consecuente necesidad del incremento de alimentos, la agricultura, que hasta ese momento había sido de carácter tradicional, se transforma progresivamente. El desarrollo de la técnica va a desempeñar un papel muy importante en los niveles de productividad y diversificación de los productos agrícolas.

Actualmente se distinguen dos tipos de enfoque de la agricultura como modo de producción.

La agricultura como modo de vida, es decir, la concepción más tradicional.

La agricultura como modo de ganarse la vida, es decir, con un punto de vista mucho más económico.