Pesticidas organicos

Insecticidas orgánicos Los pesticidas orgánicos tienen la función de controlar y eliminar las plagas que pueden atacar nuestra huerta. Estos insecticidas, al ser orgánicos, no contaminan el suelo, los cursos de agua y las plantas que cultivamos. Pesticidas orgánicos Si tenemos una huerta orgánica, es muy posible que ésta se vea afectada por diferentes insectos invasores, que se aprovechan de los alimentos que cultivamos para su propio crecimiento. Habitualmente perjudican nuestras cosechas, por lo cual es importante controlarlos. Para respetar los procesos naturales y, de esta forma, que nuestra huerta siga siendo "orgánica" no podemos utilizar pesticidas químicos para controlar las plagas, ya que estos contaminan el suelo y los alimentos que sembramos. Las especies de plantas medicinales, hortalizas o árboles frutales que cultivamos en la huerta orgánica, generalmente son atacadas por plagas específicas. Los pesticidas orgánicos son aquellos que en su elaboración sólo se utilizan insumos naturales. Una buena parte de los pesticidas orgánicos se realizan en base a extractos de plantas. Las plantas más utilizadas para la realización de pesticidas orgánicos caseros son el tabaco, la cebolla y el ajo. Otra parte importante de los pesticidas orgánicos se fabrican en base a hongos o bacterias que matan la plaga sin afectar a los alimentos de la huerta.

SISTEMAS REGENERATIVOS AGRÍCOLAS


Diseño regenerativo agrícola significa diseñar cultivando de forma en que se preserve la salud de la gente y de la tierra a largo plazo. Los agricultores que aplican métodos sostenibles tratan de producir los alimentos nutritivos que sus familias y la comunidad necesitan y al mismo tiempo conservar el agua, mejorar los suelos y guardar las semillas para el futuro. La mayor parte de los alimentos provienen de la tierra, pero mucha gente no tiene suficiente o nada de tierra para producir los alimentos saludables que necesita. La agricultura sostenible, la comercialización cooperativa de alimentos y la distribución justa de alimentos pueden enfrentar estas dificultades. Los agricultores son los guardianes de la tierra y son expertos en lo que hacen. Los agricultores desarrollan métodos de agricultura sostenible y los modifican según las necesidades de sus comunidades y las condiciones de la tierra en la que trabajan. La agricultura sostenible en las ciudades y pueblos, o en áreas que han sido labradas por generaciones, es útil para resolver los problemas del hambre, la migración, la pérdida de suelos valiosos y la contaminación de las fuentes de agua. Los métodos de agricultura sostenible no sólo son para los agricultores; también pueden dar buenos resultados en los huertos familiares, para los trabajadores de salud, expertos en desarrollo, y personas que deseen instalar un huerto comunitario o una granja urbana p ara mejorar la nutrición, la seguridad alimentaria y la salud de la comunidad.

Mejoramiento de la tierra



Los agricultores saben que es necesario tener una tierra sana para lograr una buena cosecha. Muchos agricultores enriquecen la tierra con fertilizantes naturales como estiércol (de animales), abono verde (de plantas) y composta. Los fertilizantes naturales son más sanos para la tierra, las plantas, el agua, el aire y la gente, que los fertilizantes químicos y producen todos los nutrientes que las plantas necesitan gratis o a un costomuy bajo. Para conocer los terrenos La tierra es una mezcla de arena, sedimentos, arcilla y materia orgánica (por ejemplo, insectos, bacteria, hojas verdes, plantas en descomposición y abono). La proporción de cada componente y los métodos agrícolas que usted aplique afectarán la textura de la tierra (gruesa o fina), su fertilidad (cuán rica es para cultivar) y su estructura (como el suelo se mantiene junto). Un suelo de buena textura y fertilidad hace que el aire, el agua, los nutrientes y las raíces tengan espacio para moverse libremente. Esto mejora la capacidad de la tierra para sostener los cultivos y resistir la erosión. Además, los suelos pueden ser alcalinos (también llamados "básicos" o "dulces") o ácidos (también llamados "agrios"). El "pH" de la tierra (si es dulce o agria) se puede determinar haciendo la prueba o simplemente probando si el sabor es dulce o agria. La mayoría de las plantas crecen mejor en tierras que no son ni muy dulces ni muy agrias. Se agregan nutrientes específicos para endulzar o agriar más la tierra (ver página 288). Agregar la materia orgánica se tiende a mejorar todos los suelos.


El suelo es el sustrato sobre el que se sostienen todos los ecosistemas terrestres y el principal sostén productivo que mantiene la provisión de alimentos a las poblaciones humanas. Su calidad depende de sus propiedades fisicoquímicas y de la actividad y diversidad de su biota. El suelo y su biota interactúan en la interfase raíz-suelo, en la zona conocida como rizósfera, que es un microcosmos dinámico con un ambiente químico y biológico claramente distinto al resto del suelo.


El suelo posee una infinidad de características, no obstante, algunas son más importantes para el desarrollo de los seres vivos:
1) La porosidad, la cual permite el paso de aire y agua en el interior del suelo, elementos esenciales para el desarrollo de los microorganismos y las plantas.
2) Su estructura, que depende del arreglo o configuración de sus partículas, compuestas por diferentes cantidades de arena, limo y arcilla, unidas entre sí, formando lo que se conoce como agregados. La importancia de los agregados radica en que determinan el grado de porosidad del suelo, necesaria para la infiltración de agua y para la aeración de las raíces.


3) La disponibilidad de nutrientes, necesaria para el crecimiento vegetal, 4) El contenido de materia orgánica, que mejora la fertilidad, y 5) La actividad microbiana, que intervienen en distintos procesos vitales para el ecosistema como el ciclaje de nutrientes, la fertilidad del suelo, su estructura y el crecimiento vegetal.


Que el suelo se encuentre en buenas condiciones es uno de los condicionantes principales para la productividad agrícola. No obstante, sus prácticas provocan el deterioro del suelo a través del establecimiento de monocultivos que disminuyen la fertilidad, del arado que destruye las partículas del suelo, de la falta de una cubierta vegetal permanente, que favorece su erosión, del uso de pesticidas y agroquímicos, que provocan la salinización, la contaminación del suelo y del agua, además del uso de otros químicos nocivos que afectan a las poblaciones microbianas y a la producción de alimentos.
En condiciones naturales, el suelo cuenta con una comunidad de microorganismos, que junto con las plantas y otros organismos (como insectos, arácnidos, anélidos, entre otros) mantienen al suelo con un adecuado balance para el desarrollo del ecosistema. En este sentido existen algunos grupos de microorganismos con una alta capacidad como restauradores del suelo. Entre estos microorganismos unos de los más importantes son los hongos formadores de micorriza, también llamados hongos micorrízicos.

Aplicación de abono

Para el abono verde se emplean aquellas plantas que sirven para fertilizar la tierra. Estas mismas plantas se usan para proteger los cultivos y sofocar las yerbas. Muchas plantas sirven para ambas tareas y por eso se las conoce por ambos nombres, "abonos verdes" y "cultivos de cobertura". Muchos de los abonos verdes son de la familia de las leguminosas (plantas con semillas en vainas, por ejemplo arvejas, frijoles y árboles de tamarindo). Las plantas leguminosas agregan nitrógeno a la tierra. Si uno arranca una planta de frijoles, o se fija en la raíz de algún árbol, verá unas bolitas pequeñas que se forman en las raíces. Estas pequeñas bolitas retienen el nitrógeno del aire y lo ponen en la tierra para hacerla más fértil.
Los abonos verdes brindan muchas ventajas: • Cubren la tierra, protegiéndola de la erosión y ayudando a retener el agua. • Agregan materia orgánica a la tierra, haciéndola más fértil. • Después de usar abono verde por muchos años, es más fácil trabajar la tierra. • No hay gastos de labor o de transporte porque los abonos verdes crecen justo en el campo donde se utilizarán. • Cuando se siembran con otros cultivos, controlan las yerbas y las plagas de insectos. Los abonos verdes tienen otros usos además de mejorar la tierra. Algunos producen alimento, por ejemplo avena, amaranto, centeno y frijoles. Otros producen forraje para los animales, por ejemplo la alfalfa y el trébol.
Rocíe con plaguicidas naturales
Los plaguicidas naturales evitan dañar las cosechas y hacen menos daño a la gente y el medio ambiente que el rociado de productos químicos. Son fáciles de preparar y cuestan menos que los plaguicidas químicos. Pero incluso los plaguicidas naturales deben aplicarse con cuidado. No utilice nunca más de lo necesario. Lávese siempre las manos después de manejarlos. Lave siempre los alimentos antes de comerlos o venderlos. Es posible que un plaguicida natural dé buenos resultados bajo ciertas condiciones, pero no bajo otras. Si un tipo de plaguicida no le da resultados, ensaye otro. Plaguicidas naturales contra insectos que comen plantas (insectos herbívoros) Los insectos que comen plantas pueden controlarse mejor con plaguicidas hechos de plantas de olor fuerte tales como ajo, cebolla, ají o chile, hojas de flor de muerto, semilla de higuerilla y citronela. 1. Recoja la planta que desea usar, déjela secar, y muélala seca hasta hacerla un polvo. 2. Remoje el polvo en agua durante una noche (1 puñado de polvo por 1 litro de agua). 3. Cuele la mezcla en un cedazo o tela para eliminar los sedimentos sólidos. 4. Agregue un poquito de jabón suave para que el plaguicida se pegue a las plantas. 5. Rocíe o riegue las plantas con esta mezcla. Haga la prueba primero en 1 ó 2 plantas; si le parece que daña a las plantas, quizás sea muy fuerte. Agregue más agua y haga la prueba de nuevo hasta obtener una mezcla adecuada. 6. Repita la aplicación según se requiera y después de que llueva. Plaguicidas naturales contra los insectos chupadores de savia Los insectos chupadores de savia pueden eliminarse si se rocían las plantas con agua de jabón suave o mezclada con aceite vegetal para taponar sus orificios de respiración. No utilice detergentes o jabones fuertes ya que éstos hacen daño a las plantas, la tierra y los insectos. Otros plaguicidas naturales La orina diluida en agua y regada en las plantas mata las plagas. Mezcle 1 taza de orina con 10 tazas de agua. Deje reposar durante 10 días en un envase cerrado. Después de 10 días, riegue los cultivos con esta mezcla. El tabaco mata muchas plagas. Hierva 1 taza de hojas de tabaco o colillas de cigarrillos en 5 litros de agua. Cierna las hojas o las colillas, agregue un poco de jabón y rocíe las plantas. Tenga cuidado de no aplicar el tabaco en tomates, papas, pimientos y berenjena ya que le haría daño a estas plantas y además el tabaco no logra matar la mayoría de plagas que atacan a estos cultivos. IMPORTANTE: ¡El agua de tabaco es venenosa! Evite untarse la cara o la ropa con agua de tabaco. Evite aspirar el vapor mientras hierven las hojas de tabaco.


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